martes, febrero 14, 2006

ARCO2006





Bruno Marcos

Nos invitan a desayunar en un piso en el edificio en el que vivía –o vive a tiempo parcial compartido con la cárcel- Tejero, el guardia civil golpista. Se trata de un búnker de hormigón armado cubierto parcialmente por madreselvas. Es un ático en donde vivió Ana Diosdado divisando, seguramente, en el perfil de Madrid, esa España que todavía soñamos como un futuro y que ya se ha muerto. A. repite: “Yo sabía que esta era una de esas cosas que te gustarían”. Creo que juega a prefabricar el blog.
Con un pase VIP nos infiltramos en una conferencia de Stelarc, el artista que se suspendía, en diversas posturas, con ganchos clavados en la piel. Bellísima la fotografía que proyecta y en la que aparece suspendido, desnudo, colgando de su piel por los ganchos a treinta metros en la calle once de Nueva York mientras se ve, debajo, a un policía increparle, -dice él- pidiéndole el dni.
Nos cuenta, en traducción simultánea, sus nuevos proyectos entre los que destaca el de colocarse una tercera oreja que hable y que está criando en un laboratorio. La foto de la oreja la muestra en un estado calamitoso. Sí, sí que tiene forma de oreja pero totalmente putrefacta. Dice Stelarc que le han desaconsejado los cirujanos implantársela en la mejilla y parece que está pensando en implantársela en el antebrazo. Me gustó más el último proyecto que narra. Piensa –si entendí bien- criar piel con células madre y colocarla sobre el molde de Luci, el homínido que compartía nuestro pasado con el mono, y meter todo eso en una pecera llena de nutrientes que, cada poco, bajarán dejando ver la terrorífica escultura. Sería fascinante una piel viva, una imagen pero sin cuerpo, sin nadie, sin alma. Eso sí que iría más allá de los planteamientos meramente ilustrativos de la ciencia que este tipo de arte suele hacer porque se plantea cosas que la ciencia no se plantea como la ontología y la imagen.
Muy educado Stelarc, en la cola del buffet, le da un codazo a Ella –con el brazo en el que pretende implantarse la tercera oreja parlante- para coger una tarrina de huevo sumergido en gelatina y dice sonriendo:”Sorry”. Nosotros le devolvemos la sonrisa un tanto horrorizados ante tal cercanía con el mito.
Después bajamos a la feria y recorremos todos los pasillos muy rápido.
La feria de arte conocida con el nombre de Arco es ya un subgénero literario, un tema que genera desde el articulillo socarrón del columnista de turno hasta la broma condescendiente de fin de telediario. Creo que –sinceramente- se mantiene para eso, como epílogo irrisorio de una sociedad embrutecida en su falso disfrute de la moda y lo efímero. Realmente lo criticable no es su superficialidad sino su falsa superficialidad. En realidad, no hay ninguna fiesta, hay que ser imbécil para reírse, cada año, con los mismos chistes sosos o deslumbrarse con las mismas luces ciegas. No hay ni siquiera un batiburrillo iconográfico, ninguna resaca monumental de algún atracón de imágenes sino una concitación de la ansiedad.
Nuestra zafiedad seguirá confundiendo esto, una feria como la del turismo o la de artículos de regalo, con la cultura porque la cultura no nos interesa, la cultura no se puede dar en la masa, en la avalancha.
Por más que mientan en esa feria no compran más que los museos y los museítos, es decir, el dinero público descontrolado, los fondos reservados para el absurdo. Artistas, críticos, comités, compradores, todos de usar y tirar, sólo el monstruo crece.
Es obvio que en España está sobrevalorada la capacidad fenomenológica de la fiesta hasta el punto de que esta es falsificada.
Postdata: Vuelvo a casa y la celeridad de producción de acontecimientos de la triste cotidianeidad es infinitamente mayor a la de la feria. Voy al ministerio a reclamar un error burocrático y observo cómo un administrativo, ante la evidencia de su error, no está dispuesto a enmendarlo hasta que un jefe acepta cargar con la responsabilidad. Poco después entro en un supermercado y la cajera le cuenta a otra cajera, a voz en grito, los avatares de no sé qué familia compuesta por una loca, una suicida, una maricona y una mujer maltratada.
Aún sonriente subo al aula, por el pasillo oigo gritos y avisos de pelea. Ante la inminente refriega intervengo. Ca y otra desencadenan, en cosa de treinta segundos, más energía que toda la feria al completo. En medio de los mamporros, mientras veo los puños cruzar mi campo visual, contemplo a dos alumnos morirse de risa al fondo. Pierdo el equilibrio y suena la voz de Ca, como un trueno, diciendo: “¡Sí... tu hermana es una puta...!”. Me superan físicamente y reclamo la ayuda de los demás que tardan en reaccionar y las separan al tiempo que mi espalda toca a la muchedumbre y evita mi caída.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La Virgen es Los Ángeles.

febrero 14, 2006 10:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

el mundo son Los Ángeles

febrero 14, 2006 5:54 p. m.  
Blogger . said...

Pues vengo de una reunión en la que creo haber entendido que los jefes quieren felicitar a la tal Ca por su buena actuación en la fase posterior de reconciliación, como si no fuera ella misma el propio malel origen de todos los conflictos, ¿cómo mediar entre ella y el mundo?

febrero 14, 2006 5:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

CA es un ángel con las alas cortadas

febrero 15, 2006 10:31 a. m.  

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